Tsuma, Shougakusei ni Naru.

Hace diez años, Keisuke Niijima perdió a su amada esposa, Takae, y desde entonces su vida carece de vitalidad. A menudo, se le percibe como un hombre sombrío. Su única familia es su hija Mai, quien representa todo para él. Keisuke desea profundamente la felicidad de Mai, pero no ha hecho mucho por ella más allá de cubrir sus gastos básicos. El tiempo para ellos parece haberse detenido hace una década; aunque comparten el mismo techo, sus vidas transcurren en paralelo, apenas comunicándose. Sin embargo, un día su rutina se ve sacudida cuando una niña de primaria aparece en la puerta de la casa de los Niijima, asegurando ser la reencarnación de Takae.